Este sábado se cumplen dos años del derrumbe parcial de un edificio de apartamentos en Surfside, en el sur de Florida, que dejó 98 personas muertas y enlutó a toda la comunidad. Entre los testigos de la tragedia se encuentra David Araújo, un colombiano que acudió al lugar de los hechos y que cuenta que incluso pudo escuchar los gritos de los sepultados.
Araújo, que vive en Miami desde hace 15 años, trabaja como ingeniero civil y fue uno de los voluntarios que se ofreció a colaborar con las labores de rescate. Sin embargo, lo que vio y vivió en el sitio del derrumbe le causó un gran impacto emocional y psicológico.
“Es algo que no se puede describir con palabras. Ver cómo se desplomaba un edificio lleno de gente, sentir el polvo, el olor, el ruido, el caos. Y lo peor, escuchar los gritos de auxilio de las personas atrapadas bajo los escombros. Fue una experiencia traumática que me marcó para siempre”, relata Araújo.
Para calmar el estrés y la angustia que le generó esta situación, Araújo decidió escribir un diario de sus emociones, siguiendo el consejo de un psicólogo. En este diario, que ahora ha compartido con nuestro colega Felipe Monforte, Araújo expresa lo que sintió cada día que estuvo en el lugar del derrumbe, las emociones que experimentó, las reflexiones que hizo y las lecciones que aprendió.
“El diario me ayudó a liberar todo lo que tenía dentro, a ponerle nombre a lo que sentía, a entender lo que me pasaba. Me ayudó a sanar y a valorar más la vida, la familia, los amigos, lo que realmente importa. También me ayudó a agradecer a todas las personas que estuvieron ahí, apoyando, ayudando, rezando, dando esperanza”, dice Araújo.
Araújo espera que su diario emocional pueda servir de inspiración y de apoyo a otras personas que hayan vivido situaciones similares o que estén pasando por momentos difíciles. También quiere rendir homenaje a las víctimas del derrumbe y a sus familias, a quienes les envía un mensaje de solidaridad y de consuelo.
“Quiero decirles que no están solos, que hay mucha gente que los acompaña y que los quiere. Que no pierdan la fe ni la esperanza, que la vida sigue y que hay que seguir adelante. Que sepan que sus seres queridos siempre estarán en sus corazones y en sus recuerdos. Que sepan que son unos guerreros y que tienen toda mi admiración y mi respeto”, concluye Araújo.