Queremos fabricar el teléfono que queremos usar", ese es el planteamiento de OnePlus a la hora de concebir cualquier nuevo smartphone, y sobre esa máxima llega el OnePlus 6. Cargado de potencia, diseño y fluidez, el teléfono mejora la experiencia conseguida en los últimos años para evolucionar, subir un escalón e imponerse a la gama alta.
El cambio más evidente lo encontramos en la pantalla. En el mismo espacio que los OnePlus 5 y 5T montan una pantalla de 5,5 y 6 pulgadas, el nuevo modelo crece hasta las 6,3 pulgadas gracias a estrechar un poco más los bordes e incorporar un notch en la parte superior. La compañía defiende el notch como la forma óptima de ganar pantalla sin perder la comodidad de ubicar la cámara y sensores en otro lugar del teléfono. Un mal menor que si se desea se puede ocultar en los ajustes.
Sin embargo, el uso de la pantalla mejora gracias a incorporar gestos para moverse por la interfaz. La navegación por gestos se aleja de las que incorpora la beta de Android P y se asemejan más a las del iPhone X, es decir: al deslizar desde el centro arriba vuelve a la pantalla principal, al deslizar hacia arriba y mantener desde el centro abre la multitarea, y al deslizar hacia arriba desde la izquierda vuelve a la pantalla anterior. Unos cambios a los que al principio cuesta acostumbrarse pero que una vez que el usuario se adapta deja sacar todo el partido al uso del teléfono.
Para lograr la fluidez, además de mejorar Oxygen OS, el teléfono monta el último procesador de Qualcomm, el Snapdragon 845 al tiempo que equipa hasta 8 GB de RAM, lo que permite poder dejar un gran número de aplicaciones abiertas en segundo plano y poder retomarlas en el mismo punto más tarde. Consciente de la potencia que alberga, OnePlus ha implementado un modo juego que permite ajustar la gestión del teléfono durante las partidas.
Fuente: El Economista.es