Tener más de una tarjeta de crédito no es malo. El problema llega cuando el presupuesto no alcanza para pagar los estados de cuenta de una y otra, y recurres a disponer efectivo de tu tarjeta A para pagar la deuda de tu tarjeta B. Esa práctica es conocida en el mundo financiero como ‘ruleteo’.
Emplear esta modalidad una o dos veces, como mucho, no te va a llevar a la ruina, pero tomarla como habitual sí trae consecuencias que van dejar a tu economía personal (o familiar) en la lona. ¿Por qué? Porque al ruletear con tus tarjetas de crédito “solo estás pagando una deuda inmediata que a la larga se convierte en una bola de nieve, pues los intereses de la disposición de efectivo son mucho mayores a los de compras”, explica Fernando Arrunátegui, presidente del Sistema de Relaciones con el Consumidor de la ASBANC.
La generación de una deuda constante —suponiendo que el titular de la tarjeta ruletee todos los meses— más los intereses propiciados por el retiro de efectivo solo conducen a un encadenamiento de deudas que se van a convertir en impagables. “Cuando ruleteas, apagas una fogata, pero avivas un incendio”, refiere.
Además de las deudas eternas que adquieres al ruletear con tu tarjeta de crédito, esta práctica también mancha tu reputación en el sistema financiero. A criterio de Ana Vera, gerente general del Grupo KOBSA, especializado en gestión integral de cobranzas, “al ver inflada sistemáticamente tu deuda, tu historial crediticio sufrirá una merma en su capacidad para recibir nuevos créditos”.
Ahí no acaba el vía crucis. De acuerdo con la ejecutiva, si incurres en retrasos frecuentes en tus pagos o incumples con el abono de tus obligaciones, tu calificación bajará y tendrás que pagar mayores tasas en caso te otorguen nuevos créditos.
¿Pero qué propicia esta conducta nociva? El desempleo. Según Arrunátegui, cuando las personas ven disminuir sus ingresos, tratan por todos los medios de mantener su estilo de vida y consumo, y para ello recurren a más crédito. “Es una conducta financiera tóxica”, sentencia.
Fuente: Trome.pe