La compañía, que en septiembre se había acogido a un proceso de bancarrota, presentó ese día el plan ante un tribunal de quiebras estadounidense.
La decisión, según explicó en esos documentos, llegó después de que sus principales acreedores determinaran que la mejor forma de recuperar lo que se les debe es liquidar el inventario de las 735 tiendas que quedan en EE.UU. y proceder a un cierre ordenado de las operaciones en el país.
Además, la firma confirmó entonces que está llevando a cabo un proceso de "reorganización y venta" de sus operaciones en Canadá, Asia y Europa Central, incluidas Alemania, Austria y Suiza.
Mientras tanto, los negocios en España, Portugal, Francia, Polonia y Australia "están considerando sus opciones a la luz de este anuncio, incluyendo posibles procesos de venta en sus respectivos mercados", señaló la compañía.
El jueves pasado, la cadena había dicho que estaba estudiando su viabilidad en España, así como la posibilidad de vender el negocio en el país, donde cuenta con 53 tiendas y 1.600 empleados, y un día antes había señalado que cerraría todas sus jugueterías en el Reino Unido durante las próximas seis semanas.
Fuente MSN