El Gobierno de Donald Trump ha intensificado la persecución de los inmigrantes indocumentados, ha reforzado la seguridad en la frontera para evitar la llegada ilegal de más extranjeros, y ha añadido trabas y obstáculos burocráticos a aquellos que quieren entrar en el país con un visado en regla, incluso si se trata de profesionales con educación superior. Además, ha dejado al borde de la deportación de cientos de miles de soñadores. Sólo hay un tipo de inmigrante que sigue contando con beneplácito político: aquellos que están dispuestos a pagar entre medio millón y un millón de dólares por su visado.
En realidad la palabra no es tanto pagar como invertir: el visado EB-5, creado por el Congreso en 1990, tiene como objetivo incentivar la inversión en Estados Unidos otorgando un visado a quienes aporten entre medio millón y un millón de dólares a un proyecto empresarial que cree al menos 10 empleos durante al menos dos años, según el Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS, en inglés). A cambio, permite conseguir la residencia permanente, abriendo así el camino hacia la ciudadanía.
Un informe publicado en 2015 indicaba que, de las 6.400 personas que esperaban obtener este visado por entonces, el 80% eran chinos. En 2013, citaba el estudio de Savills Studley, se concedieron 10.700 permisos, de los que el 85% fueron para chinos.
Estos visados han sido investigados por la autoridad supervisora de los mercados financieros (SEC) y por el FBI por supuestos fraudes. Y se encuentra bajo escrutinio político, como otras vías migratorias. Sin embargo, el Congreso está a punto de extender su vigencia al menos hasta final del año fiscal (el próximo 30 de septiembre), según informa la revista Forbes.
En el Congreso espera, entre tanto, un proyecto de ley para reformar por completo el programa, que elevaría la inversión mínima a 925.000 dólares, y los puestos de trabajo creados a 12. La Casa Blanca pretende en cualquier caso eliminar el programa tal y como está diseñado, incluyendo la inversión no como un requisito suficiente para lograr la green card sino como una forma de ganar puntos dentro de un sistema más amplio que otorgue visados en función a méritos (educación, empleo, etcétera).
Sin embargo, tanto esta reforma como el resto de las que se han intentado en el Congreso en los últimos meses han fracasado. La ley presupuestaria en la que está incluida esta extensión de los visados EB-5 fue anunciada ayer y debe ser aprobada antes del viernes para evitar un nuevo cierre del Gobierno federal por falta de dinero. No incluye ninguna provisión para evitar la deportación de los soñadores.
Fuente: MSN.com