Se trata del segundo político del más alto nivel que pierde su puesto dentro de la oleada de denuncias y la nueva sensibilidad sobre acoso y otras conductas sexuales inmorales o ilegales que provocó la investigación periodística sobre el productor de cine Harvey Weinstein y el movimiento #MeToo en las redes sociales.
Anteriormente, ha dimitido John Conyers, congresista demócrata en la Cámara de los Representantes por el estado de Michigan, tras varias denuncias de conducta sexual inapropiada. En la cuerda floja, o sometidos a alta presión, se encuentran también, entre otros, el candidato republicano al Senado por Alabama, Roy Moore, acusado de conductas sexuales inapropiadas con adolescentes; y el representante demócrata Ruben Kihuen, del estado de Nevada.
En cuanto a Franken, humorista primero del show Saturday Night Live y senador desde 2009, el pasado miércoles una mujer denunció que había intentado besarla a la fuerza en 2006. Poco después, otra mujer dijo que le había apretado la cintura de forma inapropiada, mientras posaban para una foto en 2009. El número de denuncias fue creciendo progresivamente hasta ocho.
Franken ha negado haber cometido aquello de lo que se le acusa. “Algunas de las acusaciones son falsas, otras las recuerdo muy diferente”, ha explicado. “Estoy orgulloso de que durante mi tiempo en el Seando he usado mi poder para luchar por las mujeres”, ha señalado. En las últimas semanas se ha dibujado una imagen diferente sobre mí, pero sé quién soy. Servir en el Senado ha sido el gran honor de mi vida, y nada de lo que he hecho ha traído deshonor a esta institución”, ha concluido.