El peor momento vivido entre la cantante colombiana y el central del Barcelona tuvo lugar el pasado 6 de noviembre a las 14.30, cuando Shakira llegaba al restaurante Crep Nova, en la calle Doctor Fleming, 15 de la Ciudad Condal, donde había quedado con su chico para comer. Utilizó un taxi para desplazarse y en vez de entrar directamente al local estuvo un rato esperando en la puerta. Iba sin maquillar, con chándal oscuro, camiseta negra y zapatillas con plataforma.
Gerard fue el que llegó más tarde, acompañado de sus dos hijos, Milan y Sasha, de 4 y 2 años respectivamente. La cantante recibió a Piqué sin cariños, no muy afectuosa, pero el blaugrana la agarró por la muñeca y entraron. Testigos presenciales afirman que la tensión entre ambos se podía cortar. Los cuatro fueron acomodados en la parte central del establecimiento, una crepería con buena fama. Piqué llegaba con hambre y se pidió un enorme plato de pasta. La pasta fresca es especialidad de Crep Nova. Pero el primer signo objetivo de que algo pasaba fue cuando le preguntó a su mujer qué deseaba tomar ella. Contestó que "nada". La colombiana no probó bocado mientras que el futbolista se comió lo suyo, se bebió dos claras y además pidió postre: pastel de limón. Mientras su chico comía, ella se mostró muy disgustada. Empezó a llorar muy disgustada. Gerard no la consoló y se limitó a pedirle que se controlara, recordándole que estaban en público y que todo el mundo los estaba mirando. Solo cuando había pasado un rato, varios minutos, él se cambió de sitio para sentase a su lado y hablar con ella sin tener que elevar la voz.
Shakira le recriminó entonces que siempre llegaba tarde y añadió que empezaba a estar harta de sus malas caras y de su mal humor. Estuvo llorando un cuarto de hora más y cuando por fin se calmó apenas hablaron más. Estuvieron una hora más en la crepería y salieron por separado. La revista Cuore afirma que después la bronca siguió.
Esta crisis entre el futbolista y la cantante llega en uno de los peores momentos para ambos. Ella, con su salud al límite, lo cual le ha obligado a cambiar su agenda profesional y su gira hasta que recupere la normalidad en su cuerdas vocales. Él, en el ojo del huracán por las continuas polemicas con su discutida actitud respecto al desafío independentista, silbado y aclamado cuando juega con La Roja.