La tensión vuelve a aumentar en la península coreana.
Esta vez, por las maniobras militares conjuntas que comenzaron Estados Unidos y Corea del Sur en la zona este lunes, poco después de que Corea del Norte realizara el lanzamiento de su misil balístico más avanzado.
Se llaman los Vigilant ACE (air combat exercise, ejercicio de combate aéreo) y "se trata de uno de los ejercicios más grandes y más sofisticados de este tipo", destaca el periodista de la BBC en Washington Paul Adams.
Tanto Estados Unidos como Corea del Sur insisten en que las maniobras buscan poner a prueba la capacidad de los dos ejércitos para trabajar juntos, pero el régimen norcoreano considera estas prácticas una amenaza directa.
La Cancillería norcoreana condenó duramente las maniobras, incluso antes de que empezaran, a través de un comunicado difundido por la agencia estatal KCNA.
El presidente estadounidense, Donald Trump, "está pidiendo una guerra nuclear", advirtió Pyongyang, empleando la misma retórica utilizada en septiembre por la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley.
Más de 200 aviones de combate y miles de efectivos
En los ejercicios, que durarán cinco días, participan más de 230 aviones de combate y 12.000 militares.
Entre ellos, seis F-22 Raptor de quinta generación con tecnología furtiva, el mayor número de cazas de este tipo que forman parte de un simulacro a la vez, destacó la agencia surcoreana Yonhap.
Este tipo de cazas son conocidos por su avanzada tecnología y la dificultad para que que sean detectados por los radares.
La agencia surcoreana también precisa que las maniobras incluirán dos bombarderos estratégicos B-1B.