El Gobierno activa nuevamente la vacudictadura, esta vez encabezada por el moribundo Partido Popular Democrático en Puerto Rico. En un movimiento desesperado ante el inminente fracaso de la aspiración a la alcaldía de Dorado por parte del Presidente de la Cámara de Representantes, Rafael “Tatito” Hernández, este se encuentra en una frenética búsqueda de fondos para su causa.
Es bien sabido que la industria farmacéutica y la de salud, además de ser áreas propensas al fraude, también son fuentes de generosos donativos para políticos. El bolsillo de Tatito Hernández parece estar resonando con fuerza, y el presidente de la Cámara está dispuesto a hacer cualquier cosa para complacer a una de sus mayores benefactoras: la Sra. Lilliam Rodríguez, presidenta de la Organización Millonaria, VOCES PR.
En medio del proceso de audiencias en la Cámara para aprobar un proyecto que otorgaría a los padres la facultad de decidir el tratamiento de salud de sus hijos, el Presidente de la Cámara se ha aliado con los grandes intereses y ha desplegado una exposición de miles de dólares para mejorar la imagen de Lilliam Rodríguez y de la organización VOCES, la cual ha sido ampliamente cuestionada por el mal uso de fondos públicos federales.
Tatito Hernández, quien también aspira a la elección de alcalde en las primarias del pueblo de Dorado, ha hecho todo lo posible por complacer a su íntima amiga Lilliam y principal contratista de Salud del gobierno de Pierluisi. Ha llegado incluso al extremo de imponer reglas en el edificio de la Cámara, exigiendo el uso de mascarillas para evitar que quienes se oponen al proyecto en contra de VOCES puedan expresar su opinión al negarse a usarlas. Hernández ha cancelado las vistas y ha detenido el proyecto.
Al mismo tiempo, Tatito Hernández ha utilizado al sargento de Armas de la Cámara para solicitarle a la representante Lisie Burgos que abandonara el lugar por no tener mascarilla, prohibiendo así que un sector de votantes sea representado.
Noticias Generación News ha sabido que Tatito Hernández ha pactado sumas de dinero en favor de su campaña electoral, lo que ha generado dudas sobre la procedencia del mismo. La sombra de la vacudictadura se cierne una vez más sobre Puerto Rico, mostrando el peligroso juego de intereses detrás de las decisiones políticas en la isla.