Milagros Yanes ve cada vez más cerca el momento en que deba coger un avión y dejar atrás todo lo que construyó con esfuerzo y trabajo en los 20 años que ha vivido en Estados Unidos: un título universitario, un empleo exitoso, un hogar y una vida tranquila al lado de su esposo y sus dos hijos.
Esta venezolana reconoce que cometió un error al firmar su salida voluntaria del país en el 2010 por una decisión impulsiva y porque en ese entonces estuvo mal asesorada jurídicamente. Pero ahora está a punto de ser deportada a un país sumido en una crisis social y humanitaria sin precedentes.
“A ellos no les interesa si me muero de hambre o no en Venezuela […] Tengo más [tiempo] de mi vida viviendo en este país que en Venezuela. Acá estudié, trabajé y nacieron mis dos hijos", dijo en una entrevista con el Nuevo Herald. “Somos personas honradas, sin récord criminal, y hemos trabajado duro y con disciplina para llegar donde estamos”.
Aunque el gobierno del presidente Donald Trump ha adoptado una política dura hacia Venezuela exigiendo la salida de Nicolás Maduro y la “restauración” del sistema democrático, las autoridades de inmigración continúan deportando venezolanos. El número de venezolanos deportados aumentó en un 36 por ciento en el último año; de 182 personas en el 2016 a 248 en el 2017, según cifras oficiales. Y entre enero y abril de este año 150 venezolanos han sido expulsados de EEUU.
Fuente: elnuevoherald.com