El presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien llegó ayer lunes a Washington, es el primer líder europeo en realizar una visita de Estado bajo la presidencia de Donald Trump.
Ambos hombres -que no proceden del ámbito de los partidos tradicionales- han desarrollado una inusual relación personal, pero ¿qué hay detrás de esa conexión?
Las relaciones de Emmanuel Macron han llamado la atención más de una vez.
Semanas después de haber asumido sus funciones, el mandatario francés dejó de lado a los tradicionales aliados franceses y eligió al líder ruso, Vladimir Putin, como su primer invitado extranjero.
Tiene previsto visitar Moscú el próximo mes, a pesar de haber ordenado recientemente un ataque aéreo contra Siria, país aliado de Rusia.
Pero nada ha acaparado tanto la atención como su "conexión" con Donald Trump.
Cercanos pese a las diferencias
Existe una diferencia de edad entre ambos hombres, así como en sus visiones y valores políticos, sus estilos, personalidades, bagajes culturales, intereses y en el uso de los medios.
Aun así, el Elíseo describe sus relaciones como "muy cercanas" y los dos hombres realmente lo son.
Hablan a menudo y francamente por teléfono y parecen tener una genuina relación.
Nuevo contacto europeo
Esa relación ha puesto a Francia por delante de Alemania y Reino Unido, para transformarla en el contacto primario de Estados Unidos en Europa.
La salida británica de la Unión Europea y las políticas alemanas en comercio e inmigración, contribuyeron a allanarle el camino a Macron.
No ha pasado inadvertido que es él y no Theresa May o Angela Merkel quien esté realizando la primera visita de Estado durante la presidencia de Trump.
También hay razones personales para esa nueva sintonía franco-estadounidense.
Tanto Macron como Trump sacudieron los sistemas políticos de sus países.
A su manera, ambos hablan abiertamente de lo que piensan y a ambos les gusta proyectar una imagen de fuerza. Tampoco es un inconveniente, dicen algunos en EE.UU., que Macron sea hombre y sea considerado apuesto.
A Francia quizás le ha resultado más fácil adaptarse a la presidencia disruptiva de Trump, precisamente porque no ha tenido la cercanía de Alemania y Reino Unido con los recientes presidentes estadounidenses.
Intereses mutuos
Francia es pragmática en su relación con Washington.
Mantiene una alianza sostenida en intereses mutuos más que una visión moral común del mundo.
Esos intereses mutuos están dominados por la seguridad y la lucha contra el terrorismo.
Francia necesita a EE.UU. por su lucha internacional contra el terrorismo y, como dicen los analistas, París se ha convertido en la mejor apuesta de Washington, ante la reticencia británica a las campaás militares después de la guerra en Irak.
El enfoque de Trump en seguridad ha ayudado a Macron con su propia agenda en Europa.
El líder estadounidense ha sido enérgico en pedirles a los miembros de la Unión Europea que asuman un papel más importante en su propia seguridad e incrementen sus gastos en defensa al 2% del PIB.
Macron, que ha prometido que Francia alcanzará ese objetivo en 2025, desea que Europa tenga más autonomía en las áreas de seguridad y defensa.