En la gala del Oscar 2007, había tres mexicanos que competían, cada quien con su película, por algún premio de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas.
Eran Guillermo del Toro, con El Laberinto del Fauno; Alfonso Cuarón, con Niños del Hombre, y Alejandro G. Iñárritu, con Babel. La hazaña, entonces, era una.
“Cuando estuvimos los tres nominados, dijimos: ‘güey, a ver quién se trae qué’. Sí había un sentido histórico, era como traerte el Pichichi de Oro. Ese año, El Labertinto ganó tres Oscar y a los dos o tres años (seis, de hecho), cuando Alfonso ganó el Oscar a Mejor Director, exhalamos. Luego vino Alejandro con dos Oscar consecutivos y la exhalación fue completa”, recuerda sobre 'Gravedad' (Cuarón, 2013), Birdman [o la la Inesperada Virtud de la Ignorancia] (Iñárritu, 2014) y 'El Renacido' (Iñárritu, 2015)”, diría Del Toro, en entrevista, durante el pasado Festival Internacional de Cine de Morelia.
Once años después, el panorama ha cambiado. Guillermo ha ganado un Oscar a Mejor Película y otro a Mejor Director por 'The Shape Water', su nueva película, por lo que el cineasta tapatío se ha sumado a la triada perfecta con sus grandes amigos. “No puedo pronosticar qué va a pasar ni me puedo permitir el ejercicio de ponerme a pensar, de ir manejando y en el semáforo en rojo decir: “a ver a qué hora”. Imagínate qué terrible sería vivir así”, consideró.
El hecho es que los tres mexicanos, oficialmente, ya se han convertido en ídolos en Hollywood.
Fuente: Quién.com