“Este espacio habilitado en el aeropuerto es el primero en su tipo en el país y tiene como propósito acelerar la verificación de identidad, a una velocidad de 10 personas por minuto”, señaló Karla Cobreiro, oficial de comunicaciones de MIA.
De hecho, los pasajeros acceden a tomarse una fotografía biométrica, que sirve para medir rigurosamente las medidas específicas del rostro y sus componentes, como si de una huella dactilar se tratase.
En ese momento, el pasajero crea un archivo, adjunto a la fotografía, con la documentación requerida, que más tarde será utilizado para agilizar el paso del pasajero tras su llegada del extranjero o rumbo a tomar un avión.
De esta manera, tanto el paso por la cabina de Inmigración como la salida a través de un agente TSA serían evitables.
“La idea es aplicar las nuevas tecnologías que podrían evitar el uso del pasaporte y las consiguientes filas que pueden demorar entre 15 y 30 minutos, según la hora del día”, comentó un agente de Aduana, que no autorizó a publicar su nombre.
Por otra parte, el director del equipo tecnológico de la firma SITA, Sean Farrell, que fabrica estos equipos, declaró a la prensa que “para el año 2020 los grandes aeropuertos habrán cambiado el sistema de inspección al modelo biométrico” para ahorrar tiempo.
Controversia
Sin embargo, defensores de la privacidad están preocupados por el despliegue de este tipo de tecnología en los aeropuertos.
“El uso de un sistema como este no contribuye precisamente a reducir el tiempo de espera, sino que aumenta el riesgo de que las fotografías sean utilizadas para otros propósitos”, como un supuesto control de identidad, señaló Harrison Rudolph, profesor del Georgetown Law's Center on Privacy & Technology.
Por otra parte, simpatizantes del programa aseguran que el reconocimiento facial de identidad facilita el paso de los pasajeros por el aeropuerto, tanto los que vienen del exterior como los que se dirigen a tomar un avión.
El nuevo servicio, que fue puesto a prueba el pasado mes de noviembre, es ofrecido a los pasajeros que transiten por el pasillo E de la terminal aérea miamense.
MIA volvió a superar la cifra de 44 millones de pasajeros el año pasado y se mantiene entre los 30 más transitados del mundo, con 21,5 millones procedentes del exterior y 22,6 millones de orígenes nacionales.
Fuente: Diario Las Américas