La familia de Elvin Méndez, de origen guatemalteco, llevaba casi un mes buscando desesperadamente a este adolescente de 17 años de Falls Church (Virginia), cuando su hermano decidió pedir ayuda a un conocido del muchacho a través de la red social Facebook. Sergio Triminio, que así se llamaba este chico hondureño de 14 años, aceptó reunirse con el hermano de Méndez. Al día siguiente, él también desapareció.
Triminio le contó al hermano de Méndez que éste había sido secuestrado por la pandilla MS-13, la temida y violenta Mara Salvatrucha, y que había sido asesinado tras ser acusado de espiar para un grupo rival, Barrio 18.
Según relata el diario The Washigton Post, citando documentos judiciales, esto sucedió el 25 de septiembre del año pasado en un hotel de Alexandria. Al día siguiente del encuentro, Triminio desapareció tras salir en pijama a tirar la basura. Llevaba un brazalete de seguimiento por orden de una corte, porque estaba en libertad condicional, pero no se halló rastro de él pese a ello.
Su cuerpo y el de Méndez fueron hallados enterrados en tumbas sin nombre de un parque del condado de Fairfax en febrero de 2017.
Hasta ahora, las circunstancias de su desaparición se habían mantenido en secreto. La policía no anunció el descubrimiento de las tumbas hasta marzo, y, pese a la investigación de la policía y el FBI, no hay ningún acusado del crimen.
La madre de Triminio, Karla, sospecha que la MS.13 está detrás de la muerte de su hijo, porque una pandillera se le acercó tras su desaparición y le ofreció ayuda para encontrarle. Ella piensa que sencillamente quería saber si había hablado con la policía.
La MS-13 se formó en Los Ángeles en los años 80 entre salvadoreños huidos de la guerra civil en ese país. Cuenta con más de 10.000 miembros en 40 estados, según el Departamento de Estado; desde 2005, han sido detenidos más de 8.100 pandilleros de este grupo. Su marca es una violencia extrema: hace unos meses, asfixiaron, acuchillaron y decapitaron a una de sus víctimas. Luego le arrancaron el corazón, antes de enterrarla en una tumba poco profunda.