Segundo ejecutivo clave de Volkswagen condenado en Estados Unidos a prisión por el escándalo de las emisiones. El alemán Oliver Schmidt, que ya se declaró culpable el pasado verano del fraude de manipulación de los motores para simular una contaminación menor, ha sido sentenciado a siete años de cárcel. La pena supera los 40 meses que se impusieron en agosto a James Liang, el veterano ingeniero que participó en el desarrollo del sistema que permitió engañar los controles.
Schmidt, que se encargaba de supervisar el cumplimiento de la normativa, cooperó con los investigadores y esperaba por eso una condena similar a la de Liang. Pero el juez le negó la petición y decide aplicarle en su caso la pena máxima, porque consideró que fue dirigido por sus jefes para mentir a las autoridades en Estados Unidos con datos falsos y destruyendo pruebas, para así tapar el fraude.