Líderes republicanos de la Cámara de Representantes se comprometieron este martes a programar un voto sobre el futuro de los “Dreamers” tan pronto como la próxima semana, sin garantías de destrabar el estancado debate migratorio y en medio de una rebelión demócrata.
La oposición demócrata y un puñado de republicanos moderados, que han venido presionando por la legalización de los “Dreamers”, tenían plazo hasta hoy para lograr reunir 218 firmas para una petición especial que obligase a la Cámara Baja a votar sobre inmigración para el próximo 25 de junio, con o sin la venia de los conservadores.
Al final, aunque esa herramienta parlamentaria, conocida en inglés como “discharge petition”, tenía el apoyo de varios republicanos moderados, no recabó las dos firmas que faltaban para que la Cámara Baja programase un voto antes de fin de mes.
Pero, en una clara estrategia para descarrilar esos esfuerzos –que además hubiesen causado una vergüenza para su partido-, el presidente de la Cámara Baja, el republicano Paul Ryanprometió hoy a su bancada programar el voto de dos medidas republicanas para determinar el futuro de los “Dreamers”.
El legislador republicano por Washington, Dan Newhouse, estuvo muy cerca de firmar la petición especial pero se dejó convencer por Ryan, quien le dio garantías de que el voto sobre inmigración podría ocurrir tan pronto como la próxima semana.
“Me dio garantías de que nuestra bancada votará, tan pronto como la próxima semana, un proyecto de ley migratorio que le dará certidumbre a los beneficiarios de DACA y resguardará nuestras fronteras”, explicó Newhouse en un comunicado.
“Debido a este progreso significativo, no firmaré la petición. Los beneficiarios de DACA con los que he hablado en el centro de Washington no están pidiendo un voto simbólico sobre medidas que no tienen chance de convertirse en ley”, afirmó Newhouse, quien dijo favorecer una solución de largo plazo.
Newhouse expresó optimismo de que, tomando en cuenta las plazas vacantes, una solución para los “Dreamers” obtendrá una mayoría de 215 votos en la Cámara Baja, otros 60 en el Senado, y la firma del presidente Donald Trump.
Si algo logró la petición especial, observó Newhouse, fue mantener en la palestra el problema de los “Dreamers”.
Horas antes del anuncio de Ryan, los demócratas, que presionan por codificar las protecciones del programa de “acción diferida” (DACA) de 2012, intentaron “reclutar” a más conservadores hacia su bando, pero ese esfuerzo fracasó, confirmaron a este diario fuentes legislativas demócratas.
La presidenta del Caucus Hispano del Congreso (CHC), Michelle Luján Grisham, agradeció el apoyo de los 23 republicanos que firmaron la petición y criticó que Ryan y el resto del liderazgo conservador se hayan “acobardado” y descarrilaron la medida.
La legisladora señaló que la opinión pública favorece la legalización de los “Dreamers” con una vía hacia la ciudadanía y sin “recortes draconianos a la inmigración legal, o cambios radicales al sistema migratorio”, e instó a los republicanos a que se dejen guiar por “la voluntad del pueblo estadounidense”.
El panorama se dificulta porque ninguna de las dos medidas que estarían sobre el tablero cuenta con el apoyo de los demócratas o de grupos cívicos afines, quienes insisten en la aprobación del “Dream Act”, una medida bipartidista que también tiene respaldo en el Senado.
Una de las medidas fue presentada por el presidente del Comité Judicial de la Cámara Baja, el republicano Bob Goodlatte, que a cambio de la protección de los “Dreamers”, incluye una larga lista de exigencias para reforzar la vigilancia fronteriza y reducir la inmigración legal. Es lo más cercano al plan migratorio del presidente Donald Trump que ya fue derrotado en febrero pasado en el Senado.
La segunda medida está siendo elaborada por las facciones moderada y conservadora del Partido Republicano, cuyos detalles aún no han sido adelantados a la prensa.
Activistas de grupos pro-inmigrantes de una decena de estados, incluyendo California, Nueva York, Texas y Florida, han convocado una rueda de prensa frente al Capitolio mañana miércoles para dejar en claro su oposición a la medida de Goodlatte y exigir un “Dream Act” sin ataduras.
David Bier, analista del Instituto Cato, indicó hoy que los republicanos deben ofrecer una solución para los “Dreamers” que no sea a expensas de los inmigrantes legales en EEUU porque, contrario al argumento de los conservadores y grupos anti-inmigrantes, la economía de Estados Unidos “necesita más inmigrantes legales, no menos”.
En clara alusión a la iniciativa de Goodlatte, Bier instó al Congreso a que rechace nuevas restricciones sobre la inmigración legal, y advirtió de que cualquier medida que mine el sistema de visas legales terminará perjudicando la seguridad y prosperidad de la nación.
Debido a sendos dictámenes judiciales, la Administración Trump se vio obligada a reactivar DACA, que había desmantelado en septiembre de 2017, pero esta semana indicó que no defendería el programa en los tribunales. La pelota siga estando en el techo del Congreso.
Pero Tom Jawetz, vicepresidente de política migratoria del “Centro para el Progreso Estadounidense” (CAP), expresó dudas de que los republicanos verdaderamente quieran resolver el limbo de DACA, ya que los de línea dura que dominan el debate son los mismos que desde siempre han querido eliminar el programa.
Los republicanos moderados cedieron a las presiones de Ryan pero ya antes permanecieron de brazos cruzados mientras la Administración Trump desmantelaba DACA y el “Estatus de Protección Temporal” (TPS” para 320,000 personas, y mientras continúa la separación de familias en la frontera sur.
“Es hora de exigirles cuentas”, sentenció Jawetz.
Así las cosas, el temor de los activistas es que el Congreso intente otro voto migratorio, fracase de nuevo, y, como en años anteriores, se lave las manos y deje en el limbo a los “Dreamers”.
Fuente: La Opinión