La asamblea de la OEA condenó el martes la violencia que sacude a Nicaragua desde hace más de un mes y que deja más de un centenar de muertos, pero sin responsabilizar al gobierno de Daniel Ortega por la represión de manifestantes.
La “Declaración de apoyo al pueblo de Nicaragua”, presentada por Estados Unidos y por el propio gobierno nicaragüense, exige “el cese inmediato de los actos de violencia, intimidación y amenazas dirigidos contra el público en general”.
También llama al gobierno y a otros actores sociales a participar “constructivamente en negociaciones pacíficas para fortalecer las instituciones democráticas y la celebración de elecciones libres, justas y oportunas”.
“Nicaragua está en un punto muy distinto al de Venezuela, que ya cruzó una línea roja. Vemos por lo menos una voluntad de realizar reformas democráticas y cumplir con los pedidos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)”, dijo a AFP una funcionaria estadounidense.
El documento invita a la CIDH a informar “tan pronto como sea posible” al consejo permanente de la OEA sobre los resultados y conclusiones de la visita de trabajo, realizada en mayo.
La CIDH, ente autónomo de la OEA, emitió entonces 15 recomendaciones, entre ellas el “cese inmediato de la represión” y el respeto a la vida de todos los manifestantes, “en especial estudiantes”.
Sin embargo, la declaración no condena explícitamente al gobierno de Ortega por los abusos de la fuerza pública y grupos armados afines, denunciado por organizaciones de derechos humanos.
“No hay un reconocimiento de la responsabilidad del Estado en la comisión de gravísimas violaciones de los derechos humanos, como ejecuciones extrajudiciales, desapariciones, detenciones arbitrarias y muchas más”, dijo a AFP Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
Fuente:elnuevoherald.com