La química entre Donald Trump y Emmanuel Macron sorprendía a la prensa hace unos días. Los mandatarios escenificaban en Washington una “magnífica amistad”, que poco tenía que ver con el largo y tenso apretón de manos el año pasado en la cumbre de la OTAN, del que se dijo entonces, salió vencedor el francés.
Durante la visita a la Casa Blanca, también hicieron migas Melania y Brigitte Macron. Las primeras damas tuvieron tiempo para conocerse más a fondo. “Es realmente divertida. Tenemos el mismo sentido del humor”, revelaba la francesa a Le Monde. La ex profesora contaba que el hermetismo público de su nueva compañera “se interpreta y se sobreinterpreta”. “Ella es alguien que tiene una personalidad fuerte, pero trabaja duro para esconderla. Se ríe con mucha facilidad, con todo, pero lo muestra mucho menos que yo”.
En la misma entrevista, Brigitte también explicaba que tuvo la oportunidad de intercambiar confidencias con Melania. Por ello, aprovechó para denunciar que, en su día a día, su homóloga estadounidense “no puede hacer nada de nada”. “Ni siquiera puede abrir una ventana en la Casa Blanca. No puede salir. Está mucho más limitada que yo. Yo salgo cada día en París”, relataba horrorizada.
“Su imaginario mezcla elementos de la realeza y los cuentos de hadas, nos mira al resto de la forma que lo haría una reina. Ella es hermosa, trágica, atrapada y millonaria. Creo que la metáfora es adecuada porque los cuentos de hadas son una ficción, y así también es la versión que ella misma presenta a su público”, confesaba Macron.
La sinceridad de Brigitte sorprendía a los periodistas, que se han hecho eco de sus palabras en diferentes tabloides. No obstante, muchos ya sospechaban de una posible represión hacia Melania, que habría ido a más desde que se hicieran públicas las idas y venidas de su matrimonio. No sería la primera vez que la ex modelo de 48 años rechaza la mano del magnate frente a las cámaras o no acude junto a él a algún acto oficial.
Antes de que Trump fuera elegido presidente, la periodista Kate Imbach ya analizó el comportamiento de Melania en sus redes sociales, asegurando que “constantemente parece que quiera decirnos algo”. La analista evaluó nada menos que 470 fotografías de su cuenta de Twitter e Instagram, llegando a la conclusión de que era una mujer recluida por el poder. “Melania Trump es una Rapunzel sin príncipe ni trenza, encerrada en una torre por su propia voluntad, encantada con lo predecible que es su vida y la repetición de su propia cautividad”. Unas palabras que, sin duda, guardan muchas similitudes con las de Brigitte Macron.
Fuente: La Vanguardia.com