La candidata presidencial colombiana Marta Lucía Ramírez instó a los países latinoamericanos a fijar “cuotas” para la acogida de refugiados venezolanos. DW habló con dos expertos sobre la idoneidad de esa propuesta.
"Lo que vive Venezuela hoy es una tragedia humanitaria" que Colombia no puede ignorar ni tampoco echar "sobre sus hombros" sin que nadie la ayude, declaró Ramírez. "Nos queda grande [ese reto] y se da en un momento en que la economía colombiana está en crisis; la institucionalidad está en crisis y la inseguridad, desbordada.
Entonces, si pretendemos nosotros asumir toda esta carga, terminamos hundiéndonos nosotros y ellos", agregó la dirigente conservadora. Cabe preguntar si su planteamiento es viable e idóneo.
"Para encontrar precedentes de iniciativas como la de Ramírez hay que remitirse a normas promulgadas en los años veinte del siglo pasado, cuando Colombia prohibió la inmigración de ciudadanos chinos, emulando las legislaciones racistas prevalentes en Estados Unidos.
Otros países latinoamericanos les pusieron trabas también a los inmigrantes chinos cuando los europeos hablaban del 'peligro amarillo'", recuerda Thomas Fischer, profesor de Historia Latinoamericana en la Universidad Católica Eichstätt-Ingolstadt.
"Si la idea de Ramírez gana popularidad en América Latina no será por los antecedentes mencionados, sino por el actual auge del discurso xenofóbico en casi todos los países que se perciben como imanes en términos migratorios. Por mi parte, debido a la extensión y porosidad de la frontera colombo-venezolana, yo no creo que la migración se pueda controlar por cuotas", opina Fischer, quien es también director del Instituto Central para los Estudios Latinoamericanos (ZILAS) y presidente de la Asociación Alemana de Investigaciones sobre América Latina (ADLAF).
Fuente: DW