Un aumento de un 10% de suicidios (lo que serían unas 2.000 muertes más) contabilizó Estados Unidos en los cuatro meses posteriores a que el actor y cómico Robin Williams acabara con su vida en 2014. Esa es la conclusión de un estudio publicado este miércoles en la revista PLOS ONE.
No es la primera vez que se documenta el conocido como “efecto del suicido del famoso” –por el que ciertos imitadores se suicidan después de que lo haya hecho algún famoso—. Estudios previos también han llegado a esta conclusión.
“Este es el primer estudio que examina las consecuencias del suicidio de un famoso en la era digital”, dijo David S. Fink, autor principal del estudio e investigador postdoctoral en epidemiología en el centro Mailman de salud pública de la Universidad de Columbia.
Williams, de 63 años, fue hallado muerto en su casa de Tiburon, California, el 11 de agosto de 2014. Los investigadores concluyeron que fue un suicidio por ahorcamiento.
Fink comenzó su estudio prediciendo el número de suicidios que podrían ocurrir entre agosto y diciembre de 2014. Él y sus compañeros analizaron los índices de suicidio mensual en Estados Unidos basándose en los datos recogidos entre enero de 1999 y diciembre de 2015 por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
Basándose en los análisis de Fink, entre agosto y diciembre de 2014 podrían esperarse 16.849 suicidios. Sin embargo, en esos cuatro meses se contabilizaron 18.690 suicidios, lo que significan 1.841 muertes más, o un aumento del 9,85%, comparados con los números previstos. Tanto hombres como mujeres y todos los grupos de edad mostraron un aumento de los suicidios esperados.
Ahora bien, el mayor número de suicidios imprevistos se observó entre los hombres (con un aumento de 1.398), y de personas de entre 30 y 44 años (577 más).
Los investigadores también encontraron un número mayor de lo esperado de muertes por asfixia — lo que incluye el ahorcamiento — en los meses posteriores a la muerte de Williams: un incremento de un 32% del método usado por el propio cómico. En comparación, el resto de métodos para acabar con la propia vida aumentó sólo un 3%.
Para Fink, los medios — algunos de los cuales describieron cómo Williams se ahorcó — podrían haber dado “el empujón necesario para que un segmento de la población de alto riesgo en Estados Unidos, hombres de mediana edad que se sienten desesperados, diera el paso desde la idealización del suicidio al intento”.
“Encontramos también un rápido aumento de los suicidios en agosto de 2014, especialmente por asfixia, que fueron paralelos en tiempo y método con la muerte de Williams”, dijo Fink. El investigador también vio, a través de un sistema de monitoreo de tendencias en un terminal Bloomberg, “un importante incremento de noticias sobre suicidios y Robin Williams durante el mismo periodo”.
Pese a que él no puede afirmar rotundamente que la muerte de Williams inspirara a otros imitadores, el significativo aumento de los suicidios, unido a la frecuencia de noticias sobre la muerte del actor, sugiere una conexión, dijo el autor.
“Este estudio sostiene mucho de lo que ya sabemos sobre la influencia que nuestro medio ambiente tiene en nuestros comportamientos en general y en el suicidio en particular”, opinó Fink. Legisladores e investigadores necesitan “entender mejor el rol que los medios tradicionales y sociales tienen en conductas suicidas para comprender cómo evitar estas muertes”.
Sin embargo, para John Ayers, un epidemiólogo computacional que trabaja como profesor adjunto en la Universidad de San Diego, hay un problema: “el problema con este estudio es: ‘¿Y qué’?”, comentó Ayers, que no está involucrado en la investigación.
Fuente: CNN en español.com