El control de la industria energética, que atraviesa una profunda crisis sistémica, ha pasado a los militares fieles al régimen después de las detenciones de gerentes de Pdvsa, entre ellos sus expresidentes y exministros de Petróleo Eulogio del Pino y Nelson Martínez, y de otros altos cargos de Citgo, la filial de la estatal petrolera en Estados Unidos, ocurridas hace unos días. “Hay bandidos de siete suelas que terminan como protegidos del Gobierno de Estados Unidos. Eso sí algunos se protegen y dicen que son chavistas”, aseguró Maduro.
La ola de arrestos se ha dirigido a aliados de Rafael Ramírez, embajador de Venezuela ante la Organización de Naciones Unidas y expresidente de Pdvsa durante el mandato de Hugo Chávez. Su primo, Diego Salazar Carreño, ha sido apresado el pasado viernes por estar presuntamente involucrado en la trama de corrupción de la banca de Andorra.
Maduro ha adelantado que se han hallado obras de artes, valoradas en más de 800.000 euros, y otras propiedades millonarias en la vivienda allanada Salazar en Caracas. “He dicho (al vicepresidente Tareck) El Aissami que se proceda en la entrega de estos recursos. Algunas de estas obras irán a galerías para el pueblo lo tenga, otras se destinarán a recuperar los recursos… Esa plata (dinero) es del pueblo. ¡Ladrones, ladrones! Se le tienen que quitar todos los bienes, todos”, agregó.