Cristiano se adjudicó su quinto Balón de Oro, el cuarto en los últimos cinco años, al vencer en la votación del diario L’Equipe, por delante de Messi y Neymar. Cuarto quedó Buffon, quinto fue Modric y sexto el capitán madridista, Sergio Ramos. Ronaldo Nazario de Lima fue el futbolista elegido en la gala, presentada por Ginola, para entregar el primer premio. Con este galardón, el portugués igualó los cinco premios obtenido por Messi. Los dos han retroalimentado el éxito en sus carreras. Los dos reconocen que ha sido el otro quien le forzó para querer mejorar constantemente, hasta dominar ambos la última década del balompié mundial y alcanzar las primeras posiciones de todos los tiempos.
“Recibir el quinto Balón de Oro hace que hoy sea uno de los días más felices de mi vida, al lado de mi familia y de mis amigos”, expresó Cristiano notablemente emocionado en el acto solemne de reconocimiento. “Se lo dedico especialmente a mis compañeros, porque ellos también forman parte de este Balón de Oro”, remató la estrella con razón. Sus éxitos han sido paralelos a los del Real Madrid en cuatro años para la historia. Su escudero, Benzema, quedó en el puesto vigésimo quinto en la votación del Balón. Kroos era decimoséptimo. Marcelo, decimosexto. Isco, duodécimo. Ramos, el sexto. Modric, quinto. Y Ronaldo, el mejor.
Lionel Messi, en efecto, es el responsable del constante crecimiento del delantero luso a escala mundial. Cristiano conquistó su primer Balón de Oro en 2008. Fue el mejor futbolista del Manchester United. Tenía 23 años y toda una andadura por delante. Lo que el nuevo ídolo portugués no esperaba es que la progresión de Messi, conocida, llegará hasta el extremo de convertirse, para muchos, en el mejor jugador de todos los tiempos, por encima de Di Stéfano, Pelé, Maradona y Cruyff. El argentino llevó al Barcelona a las más grandes victorias de la historia del club y abarcó de golpe cuatro galardones que coincidieron con el reinado azulgrana.
Ronaldo se cansó de ser segundo en los grandes premios. Y en pleno dominio del azulgrana, en 2009, el chico nacido en Andorinha, un barrio modesto en los suburbios de Funchal, fichó por el Real Madrid para cumplir dos sueños. El primero, hacer caso a su padre, que le dijo desde niño que el equipo madrileño era el mejor del mundo, superior al Benfica, El segundo fue un sueño personal: en el Real Madrid debería mejorar para vencer a Messi en la lucha por el Balón de Oro. Su apoderado, Jorge Mendes, lo advirtió: “Cristiano será el mejor jugador de todos los tiempos, solo vive para eso, solo trabaja para eso, y nadie posee su voluntad para lograrlo”. Los hechos demostraron que no eran frase bonitas del representante. Eran una verdad.
Todo se hizo realidad. Toda la vida se había cuidado con esmero y cuando vino “al Real” extremó su preparación al máximo. Su alimentación era y es la de un asceta. Su preparación era y es demasiado exigente. Desde hace una década moldea cada músculo para explotar físicamente al cien por cien todo su cuerpo. No tiene una gota de grasa. No se lo permite. No suma ni un kilo de más. Sus 77,8 kilos están formados de musculatura, tendones, ligamentos y hueso. Y una genética prodigiosa que ha perpetuado con su trabajo disciplinado diario. Nunca perdió ese control sobre su cuerpo. Entrenamiento diario y piscina en casa algunas tardes. Dormir pronto y levantarse pronto para desayunar bien con el fin de ejercitarse mejor por la mañana.
Esa dedicación pura y neta a ser mejor le ha costado incluso roturas sentimentales. Dejó a Irina Shayk. Su primacía por el fútbol y los viajes constantes de ambos hacían casi imposible la vida de pareja. Pero Cristiano se ha hecho más fuerte con todas las vicisitudes. Ha madurado. Y ahora ha elegido a la mujer de su vida, la española Georgina, con que ha tenido descendencia en año y medio de relación. Ella comparte su vida diariamente mientras el futbolista puede centrarse totalmente en ser el mejor hasta que sus genes digan basta. Junto a ella ya ha disfrutado de dos premios The Best y dos Balones de Oro. No está mal.
El secreto buscado y encontrado por el número uno del mundo fue extender la juventud de sus músculos hasta bien entrada la treintena. Los médicos especialistas en nutrición a los que acudió le explicaron que si se cuidaba al máximo con el estudio de su ADN y la alimentación que le convenía podría competir al máximo nivel muchos años. Ronaldo se ha transformado en su propio conejo de Indias para comprobar que se puede rendir como un futbolista “top” hasta los 35 como mínimo
Muchos antiguos futbolistas admiran esa capacidad de sacrificio del portugués para trabajar día a día al máximo con 32 años. “Tiene todo el dinero del mundo, podría vivir de los éxitos conseguidos y continúa con una disciplina espartana para ser el mejor cuando muchos solo pensarían en ganar más dinero”, subraya un grande de la historia del Real Madrid. “Sus enfados cuando no marca demuestran sus ganas de seguir siendo el número uno”, señala un defensa histórico del club. “Es un ejemplo de lo que significa el Real Madrid”, rubrica.
Lástima que el padre de Cristiano no pudo ver a su hijo establecer todos los récords goleadores del Real Madrid y de Europa. Lástima que papá no le vio ganar ni un solo Balón aúreo. Todos esperan que lo haya disfrutado desde el cielo. Ronaldo reconoce con dura sinceridad que nunca pudo mantener una conversación con su padre, hundido en el alcohol. Quizá como reacción, Ronaldo no bebe una gota de alcochol y se cuida como nadie. Los genes de Madeira son alimentados de pescado, verduras y fruta. Su alimentación es la de una asceta.
“Recibir el quinto Balón de Oro hace que éste sea uno de los días más felices de mi vida, al lado de mi familia, de mi madre, de mi pareja, de mis hijos”, expresó Cristiano notablemente emocionado en el acto solemne de reconocimiento. “Se lo dedico especialmente a mis compañeros, porque ellos también forman parte de este Balón de Oro”, remató la estrella con razón. Sus éxitos han sido paralelos a los del Real Madrid en cuatro años para la historia. Su escudero, Benzema, quedó en el puesto vigésimo quinto en la votación del Balón. Kroos era decimoséptimo. Marcelo, decimosexto. Isco, dúodécimo. Ramos, el sexto. Modric, quinto. Y Ronaldo, el mejor.