Vacaciones sin goce de sueldo para viajar a Rusia , pasajes de avión pagados de su bolsillo en líneas comerciales, enormes festejos con los jugadores después de cada victoria. Kolinda Grabar-Kitarovic, la presidenta de Croacia , es sin ninguna duda la principal fan de la selección de su país, que anoche se clasificó frente a Inglaterra para disputar la final de la Copa del Mundo con Francia.
Es verdad, en Croacia, el fútbol siempre fue considerado como un "terreno obligado" del poder. Y Kolinda no es la excepción. Desde el primer día, las imágenes muestran a la primera (y más joven) presidenta de ese país, elegida en 2015 cuando tenía 46 años, celebrando sin mesura, como un hincha cualquiera, los goles anotados por su selección en este Mundial lleno de sorpresas.
Repitió en cuartos de final. El 7 de julio Kolinda solicitó una nueva licencia sin goce de sueldo, tomó un vuelo comercial y asistió al partido de su equipo frente a Rusia en Sochi, donde la prensa la fotografió entre el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, y el flemático primer ministro ruso, Dimitri Medvedev.
Pero esa noche, la atractiva rubia se convirtió en estrella planetaria tras el triunfo croata cuando, vistiendo la camiseta nacional, fue la primera en llegar a los vestuarios repletos de jugadores medio desnudos para confundirse en un abrazo con Luka Modric, la estrella de la selección.
"Se llevó el show. Virtualmente desconocida hasta hoy, el mundo descubrió a la diosa, ¡su excelencia Kolinda Grabar-Kitarovic de Croacia!", anotó en Twitter uno de sus miles de fans.
Y la fiebre aumentó considerablemente cuando algunos malintencionados utilizaron para ilustrarla fotos de la norteamericana Coco Austin, una exmodelo de Playboy, casada con el rapero Ice-T, luciendo sus exuberantes formas en una minúscula bikini. Los epígrafes que aseguraban que se trataba de la presidenta no fueron, sin embargo, los primeros.
Poco después de su elección, el periódico serbio The Informer publicó los mismos clichés. No solo porque el parecido entre Kolinda y Coco es, en verdad, sorprendente, sino como una forma eficaz de desacreditarla políticamente en una región del mundo atravesada por el rencor de varias guerras y signada por un profundo machismo.
La primera ministra Theresa May, sumergida en una gravísima crisis política, debería aprender del entusiasmo de Grabar-Kitarovic, comentó la prensa británica, que aún trata de digerir el duelo de la derrota frente a Croacia.
"La presidenta croata tiene el aspecto de ser el tipo de mujer que ordena un trago tras otro en las bodas, únicamente porque está rodeada de viejos amigos de universidad", escribió hace poco el diario The Telegraph.
Entre paréntesis, Kolinda es diplomada de la Universidad de Zagreb, de la Academia Diplomática de Viena y de George Washington University. Obtuvo un cargo académico en Harvard y enseñó en la John Hopkins.
La presidenta, que habla ocho idiomas, está casada con Jakov Kitarovic desde 1996. La pareja tiene dos hijos. Uno de ellos, Katarina, es una patinadora profesional y campeona del equipo juvenil de Croacia.
Católica ferviente, Kolinda se opone al casamiento gay, pero apoyó la promulgación de una ley que da a los homosexuales los mismos derechos que a las parejas heterosexuales. La presidenta también está a favor de un aborto "legal y seguro".
Pero si bien cuenta en su país con una auténtica popularidad, la efervescente mandataria suele ser objeto de controversias. Por ejemplo, cuando resurge el polémico papel que tuvo el exagente deportivo Zdravko Mamic -fugitivo de la justicia- en la financiación de su campaña electoral y una fiesta de cumpleaños. Mamic, de 58 años, huyó el mes pasado hacia Bosnia, un día antes de ser sentenciado a seis años y medio de prisión por haber malversado varios millones de euros en la transferencia de Luka Modric al Tottenham y de Dejan Lovren al Lyon. Hace tres años Mamic había organizado una fiesta de un boato insolente para festejar los 47 años de Kolinda, según la prensa local.
Durante el partido contra Rusia, Kolinda estaba acompañada por Danir Vrbanovic, actual director general de la federación croata de fútbol, también condenado a tres años de prisión en el miso juicio.
En noviembre de 2016, la presidenta fue acusada de posar con un símbolo pro-nazi durante una visita a Canadá, según el periódico Times of Israel. Esa foto la muestra junto a una bandera marcada con el escudo del régimen ustacha. Durante la Segunda Guerra Mundial, esa organización terrorista basada en el racismo religioso nacionalista croata -aliada del nazismo y fundada en 1929 por Ante Pavelic- asesinó a centenares de miles de serbios, judíos y resistentes.
Fuente: La Nación.com/Luisa Corradini