Vaya si la reina Isabel II está consintiendo al príncipe Harry. Además de ofrecer la recepción en el castillo de Windsor en honor a sus nupcias con Meghan Markle, la monarca británica acaba de hacer un nuevo y extravagante regalo a su querido nieto que ha dejado boquiabiertos a muchos.
El presente es ni más ni menos que York Cottage, una casona en los terrenos de Sandringham, la magnífica propiedad de descanso de la reina que está ubicada a 110 millas del palacio de Kensington. Curiosamente, la nueva casa de Meghan y Harry fue conocida anteriormente como una mansión de solteros.
De acuerdo con el diario británico Metro, la propiedad abarca unos 20,000 acres de terreno y es parte de la herencia que la soberana inglesa recibió de su padre, el rey George VI, en 1952. Sin embargo, la mansión ha estado en manos de la corona británica por mucho más tiempo, al menos desde 1862, según indican registros de la propiedad.
Fuente: People en Español