La toxina botulínica es la sustancia más venenosa para el ser humano, su potencia tóxica es 600 veces mayor a la del cianuro. Es producida por la bacteria Clostridium botulinum, que en entornos pobres en oxígeno produce estas toxinas peligrosas. Se estima que un sólo gramo de la toxina botulínica puede matar a un millón de roedores.
Su poderío como potente veneno la llevó a ser declarada como arma de destrucción masiva y su producción quedó prohibida tanto por la convención de Ginebra como por la Convención de Armas Químicas, según indica la ONU
Aunque es una enfermedad grave y mortal, es relativamente inusual. Existen siete formas diferentes de toxina botulínica identificadas con las letras A a G. Cuatro de ellas (tipos A, B, E y ocasionalmente F) pueden causar botulismo humano. Los tipos C, D y E provocan enfermedades en otros mamíferos, aves y peces.
Síntomas de intoxicación
Al ser neurotóxicas, afectan al sistema nervioso. Una intoxicación por botulismo de transmisión alimentaria se caracteriza por una parálisis flácida que puede afectar al sistema respiratorio.
Los síntomas iniciales incluyen fatiga intensa, debilidad y vértigo, seguidos generalmente por visión borrosa, sequedad de boca y dificultad para tragar y hablar. Por lo general se manifiestan entre 12 y 36 horas después de la ingesta.
Fuente: Debate.com