Este mes entró en vigor una nueva ley que obliga a que las secundarias y escuelas intermedias de California con una población estudiantil de al menos 40 por ciento en niveles de pobreza, proporcionen sin costo alguno, toallas íntimas y tampones a sus alumnas.
Se prevé que ley AB10 de la asambleísta demócrata de California, Cristina García ayude a las jovencitas a no perder clases. Para las estudiantes que viven en la extrema pobreza contar con productos menstruales en los baños de sus escuelas es una gran ayuda.
Aunque parezca increíble, muchas familias no pueden darse el lujo de comprar a sus hijas tampones o toallas íntimas. Hay jovencitas que se ven obligadas a usar papel periódico, papel sanitario o doble ropa interior durante los días de su periodo menstrual. Muchas prefieren faltar a clases.
Algunas escuelas que ofrecen el servicio de tampones y toallas cobran 75 centavos por cada pieza, y a quienes no pueden pagar les hacen firmar un pagaré cuando no tienen dinero.
Este es un problema muy común en el Valle de San Joaquín al centro de California, el cual es hogar de algunos de los distritos escolares con mayores niveles de pobreza. Algunos como en el Distrito Escolar Unificado de Fresno, el 90% de los estudiantes son considerados de escasos recursos.
“Los productos menstruales son una necesidad médica y es importante reconocer que no tener acceso a estos productos impacta la educación de las jovencitas”, dijo la asambleísta García cuando el gobernador Jerry Brown hizo ley la AB10 en octubre.
“He escuchado historias de muchas jovencitas que luchan con su periodo cada mes, afectando su escuela, su moral y salud”, remarcó.
Muchas niñas pierden entre tres y cinco días de escuela cada mes porque no tienen acceso a estas necesidades médicas básicas. Algunas se exponen a enfermedades serias cuando tratan de que los productos de higiene íntima les duren largo tiempo; o improvisan productos para absorber sus periodos usando toda clase de materiales que son médicamente inseguros”, mencionó.
“Es ley derribará barreras en la educación y comenzará a atender los estigmas con los que muchas muchachitas luchan debido a sus periodos”, dijo.
Otros estados llevan la delantera
En 2016, la ciudad de Nueva York puso en marcha un programa piloto que instaló dispensarios con tampones y toallas en 25 de sus escuelas. “Dio como resultado un aumento en la asistencia escolar. En agosto de 2017, Illinois aprobó una ley para proporcionar productos menstruales en todas las escuelas del grado 6 al 12.
“No estoy lista para renunciar a mi título de reina de los tampones. En 2018, continuaré mi trabajo para tratar de eliminar el impuesto a los productos menstruales. El ciclo menstrual de la mujer es biología básica; y de ninguna manera es un lujo. Punto”, remarcó.
La asambleísta García ha hecho varios intentos legislativos para que en California se apruebe una ley que permita que los tampones sean exentos de impuestos pero no ha conseguido que sus medidas sean aprobadas.