En 2017 "Despacito" no dejó de sonar. Muchos la amaron, otros la odiaron.
Curiosamente, la explicación de su éxito puede estar en la ciencia.
De acuerdo a varios estudios, las canciones que más nos gustan son las que generan mayor comunicación entre las áreas del cerebro que controlan el procesamiento del sonido y las emociones.
Así que la clave se encuentra en lograr esa conexión.
El ritmo es un ingrediente... el resto lo encontrarás en la siguiente nota de Carlos Serrano: