Ningún Estado de la UE tiene intención de trasladar su embajada en Israel desde Tel Aviv a Jerusalén. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha pedido este lunes en Bruselas que Europa siguiera los pasos de Estados Unidos reconociendo Jerusalén como capital del Estado hebreo y se mostró convencido de que ese momento llegará. Tras el encuentro que los 28 ministros de Exteriores mantuvieron con el dirigente israelí, la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, replicó: “Puede mantener esta petición para otros. La UE no lo hará”.
Hacía 22 años que un primer ministro israelí no viajaba a Bruselas para reunirse con los dirigentes de las instituciones. La invitación informal de Lituania a Netanyahu derivó en una petición oficial de Mogherini para celebrar un encuentro con todos los titulares de Exteriores (el primer ministro también gestiona esa cartera en Israel). La cita se había planificado hacía tiempo, antes de que el presidente estadounidense, Donald Trump, anunciara que reconocía la disputada Jerusalén como capital del país. Así que las discusiones previstas sobre el conflicto sirio se vieron relegadas por la cuestión más candente: cómo evitar que el movimiento de Washington arruine el difuso plan de paz que dice promover.
El encuentro con el líder israelí fue extenso —alrededor de dos horas—, franco y repleto de preguntas. Los titulares europeos de Exteriores aprovecharon para inquirir sobre cuestiones concretas, algunas de ellas relativas a la política de asentamientos. Netanyahu les respondió que esa es una cuestión menor, según las fuentes consultadas, y que en un futuro los territorios podían emplearse como moneda de cambio en un eventual diálogo de paz con los palestinos. El primer ministro insistió, eso sí, en que no iba a tolerar al lado de su frontera un Estado palestino con todas las infraestructuras asociadas. Entre estas citó un aeropuerto.