El gobierno gasta en promedio 150.000 dólares para fabricar cada casa remolque que alquila a víctimas de desastres naturales _y eso no incluye mantenimiento y costos laborales_ y las vende a precios reducidos después de 18 meses de uso o ante la más leve señal de daños, descubrió The Associated Press.
La práctica ha continuado a pesar de que casi cuatro meses después del huracán Harvey, más de 8.000 personas en Texas siguen esperando asistencia federal.
La Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA) suspendió brevemente la venta de los tráileres tras el paso de Harvey pero la reanudó en noviembre, según registros publicados online. Desde entonces por lo menos 115 unidades fabricadas este año han sido revendidas a precios de descuento con desperfectos como un colchón sucio, falta de muebles, olor a mascota o paneles sueltos.
"A mi qué me importa cómo se encuentre el remolque, es mejor que dormir en la calle", dijo Christy Combs, quien con su esposo, cuatro hijos y cinco perros se mudaron a una tienda de campaña luego que su apartamento en Aransas Pass, Texas, quedó inhabitable por la tormenta.
La FEMA no tiene normas establecidas para desechar las casas portátiles, pero un funcionario de la agencia confirmó a la AP que esa es la política y que muy poco frecuente que una de esas unidades se venda a otra familia una vez que ha sido habitada 18 meses.
"Debido a los problemas que causan las unidades dañadas y a los costos de mantenimiento, y debido a que estamos obligados a mantener una reserva de unidades para casos de emergencia, la FEMA usualmente no devuelve unidades usadas a nuestro inventario", dijo Jenny Burke, vocera del Departamento de Seguridad Nacional, que supervisa a la FEMA.
Burke no pudo explicar por qué la FEMA alquila las unidades por sólo 18 meses antes de ponerlas en subasta.
Pero la experiencia que tuvo la agencia tras el paso del huracán Katrina en el 2005 podría dar una pista sobre el origen de la política que determina qué tipo de vivienda debe ser entregada a quién en casos de emergencias. Unos 144.000 remolques de la agencia de emergencias pasaron a ser emblemáticos de la torpe respuesta oficial al desastre, cuando una gran cantidad de víctimas demandó con éxito al gobierno porque las unidades tenían altos niveles del carcinógeno formaldehido.
Bob Howard, portavoz de la FEMA, enfatizó que las unidades disponibles en la actualidad son de mejor calidad y que no portan formaldehido, y que cumplen con los estándares del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano.
En Texas se han entregado 859 casas portátiles a sobrevivientes de la tormenta Harvey, pero hay otras 7.900 personas que necesitan algún tipo de asistencia, ya sea para pagar la renta, para reparar sus casas o para recibir los tráileres, dijo Howard.
La política de subastar sus casas remolque tras sólo 18 meses de uso dejó a FEMA con sólo 1.700 unidades en medio de una feroz temporada de huracanes que causó estragos en Texas, Florida, Puerto Rico y las Islas Vírgenes Estadounidenses.